14 de febrero de 2012

La lucha contra el sistema ... y el cambio

En estos tiempos confusos y de cambios, muchas personas dicen estar en lucha contra el sistema, sobre todo contra el sistema económico. Indignados,  antisistema o ciudadanos quemados con la realidad del momento, dejan por internet y por todos los rincones sus señales de su enfado. Es algo que observo en mi entorno, y también (por supuesto) lo noto dentro de mi.

También veo que todo esto esta unido al deseo de cambio y de transformación social y económica, buscando un mundo donde las personas tengamos más espacio para crecer en libertad, expresarnos y amar. Una necesidad de progreso a escala humana, salvando a los seres del mundo de los peligros en los que estamos metidos.

Esas dos fuerzas, en su justa medida nos pueden ayudar en este cambio. Una separación de los viejos patrones sociales que ya no nos sirven, y el trabajar con ganas hacia el desarrollo de nuevas pautas sociales. La dialéctica necesaria para una transformación gradual.

Pero cuando estas dos fuerzas las llevamos al extremo, podemos pasarlo muy mal. Cuando nos vivimos con una fuerte sensación de ahogo y aversión frente al sistema, y esto lo unimos con un gran deseo irrealizable de lograr un paraíso en la tierra, todo esto, prolongado en el tiempo, nos puede destruir como personas y también como sociedades.

Escribo esto porque me preocupa la actitud de algunas personas y grupos a mi alrededor y en internet, y porque yo mismo sigo cayendo en esta trampa de este y otros autoengaños. La idealización de la realidad, la obsesión y la cabezonería, nos llevan a una lucha sin sentido, contra personas que en el fondo buscan lo mismo que nosotros.

La mejor forma de salir del autoengaño, del victimismo social, de la búsqueda de enemigos y conspiraciones por todas partes o de la exageración de problemas colectivos, es hacerse preguntas sinceras, y cuestionarse las propias creencias. ¿Que es realmente el sistema? ¿Donde esta eso que llamamos sistema? ¿Que me pasa a mi (y a mi cuerpo) cuando alguien habla del sistema? ¿Que necesito realmente yo y los míos para vivir dignamente el día a día? ¿Que siento que me separa de otras personas y grupos por sus ideas y actitudes? ¿Me siento solo y apartado del mundo? ¿Tengo yo también alguna otra ideología cerrada? ¿Que me gusta de la realidad, de los otros, de lo que hacen mis padres y de eso que llamamos sistema? ¿Puedo ponerme en la piel de un político o de un banquero, y comprenderlos como personas? ¿Eso que llamo sistema, tiene reflejo en mi persona? ¿Donde? ...

Son solo algunas preguntas, de entre las muchas que podemos hacernos personalmente y en grupo. Es mejor no creernos todo lo que otros nos cuenten, ya sea un amigo por Facebook o un medio de comunicación. Necesitamos cuestionar la información y nuestras propias creencias. Es necesario.

A nivel personal tenemos muchas guerras internas entre personajes y creencias contradictorias. Lo nuevo pugna contra lo viejo dentro de nosotros, y deseamos ser mejores de lo que creemos ser. Este deseo y esta lucha contra nuestros propios "sistemas internos" nos genera mucho sufrimiento y nos agota ¿Verdad?

Igualmente, a nivel colectivo estamos en guerra. Es una guerra cultural e ideológica. Una guerra de formas de entender como son la vida, las relaciones humanas o el intercambio económico. Una guerra que nos separa de otras personas, de los que no piensan como nosotros.

En el fondo, estas guerras son una locura. Fruto de nuestras mentes locas. ¿Podemos calmar nuestra locura? ¿Podemos relajarnos? Seguro que si, si dedicamos tiempo a ver que nos pasa, y que hay en realidad. Si corremos menos, si luchamos menos contra todo, y abrimos el corazón a sentir la guerra del otro. Este es el camino, calmado y responsable, de transformar la realidad. Un cambio global, donde cada persona haga su parte a su manera, y donde en vez de guerra, haya más amor, apoyo y aprendizaje mutuo.

La innovación social de nuestras vidas colectivas, como humanidad, creo que va emergiendo al ritmo en que relajamos la lucha contra "unos sistemas", para imponer "otros", y simplemente vivimos la realidad y la esencia de lo que es ser un humano. Ser más amorosos, co-responsables, co-libres, co-creativos y co-sabios. Con una conciencia de unidad de todos los seres que compartimos el mundo, donde cada uno hace lo mejor que puede, y los demás le ayudamos en ese noble esfuerzo. Y donde los actos dañinos y egoístas, vayan cayendo por su propio pie, simplemente porque no funcionan y no reciben nuestro apoyo.

5 comentarios:

  1. Es importante repensar en esto, porque de esta manera construimos mejores ideas fundamentadas en la lógica que busca generar mejores personas, por ende mejores sociedades.

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  2. Bien ... y que tal dejar que las personas (y los niños) mejoren en red con otros, ... y dejar las ideas un poco de lado ¿?

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  3. No se puede luchar contra el sistema

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  4. Concuerdo con todo, y agrego que lo que se necesita es pensar, necesitamos que la gente piense. Hoy día, la sociedad cada vez piensa menos, ya sea por la tecnología, o porque delegan esa tarea a otra persona. Estamos transformándonos en autómatas biológicos, si nos dicen que A es A, no nos preocupamos por saber por que A es A, simplemente lo recordamos como A. Debemos ser más activos y preocuparnos por mejorar nuestros valores como humanos, eso es lo que nos "diferencia" de los animales o las máquinas.
    Estamos dormidos, y al parecer no nos interesa despertar. Somos humanos, no máquinas. Somos seres pensantes, y cada vez hacemos cosas para evitar esa tarea. Pero bueno, nunca vamos a lograr cambiar al mundo, porque los defectos del ser humano siempre van a existir, y eso no lo podemos cambiar.
    Pero intentar pensar más y ser mejores personas, marcará la diferencia, y en sí, un sistema sin equidad siempre existirá, porque su eslabón más importante, el ser humano, es imperfecto, y siempre buscará tener "más" que el resto.

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    1. Gracias por tu comentario. Yo también vivo muchos momentos como un autómata, bloqueado en ideas y creencias rígidas. Es como si estuviera dormido repitiendo programas, emociones repetitivas, pensamientos obsesivos y consignas de otros. Algunos días puedo despertar. Mi mente se aclara, mis emociones se suavizan y mi intuición se libera.

      Y en esos instantes, el mundo y la experiencia humana se me revelan como algo sencillamente maravilloso.

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